[9/9/2002]
En el autoservicio que está a la vuelta trabajan dos cajeras coreanas, muy bonitas. Todos los días llevan ropa diferente, nueva, elegante. Creo que el autoservicio es la fachada de una boutique de lujo, a la que sólo entran las clientas seleccionadas, poniendo cara de póker, atravesando esa puerta ennegrecida que simula dar sólo a las bolsas de carbón.
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