martes, 31 de julio de 2012

Estando solo

[31/7/2002]

Patricia McGill, uruguaya residente en España, encontró mi página con propuestas de cosas exóticas para hacer estando solo. Y aportó lo siguiente, que reproduzco con su permiso:
Bueno, se dejaron el clásico de las baldosas: saltar de baldosa a baldosa del mismo color (si se da el supuesto de que las baldosas de una calle sean de dos colores diferentes, y si se da la condición física mínima imprescindible).

Después está el de ir paseando por la calle, mirando las matrículas de los coches. Uno debe escoger un número de antemano (p.ej., el siete). Si se encuentra con una matrícula en la que haya más de dos sietes, tiene que formular un deseo, y ese deseo se cumplirá si logra formular una palabra que contenga las letras que contiene la matrícula. (Debe darse el supuesto de que las matrículas sean algo como acá -España-, cuatro números y tres letras, o como son las antiguas, letra de la ciudad, cuatro números y dos letras).

Ramiro

[31/7/2002]

Viene el fumigador, toca timbre. Por la mirilla veo su calva, los aparatos que le sostienen los dientes, los ojos hundidos. Tiene menos de treinta años. Arrastra el tubo donde está el veneno para las cucarachas. Como de costumbre, le agradezco su presencia pero le digo que no, gracias.

Casi no hay cucarachas en este edificio. Sólo de vez en cuando aparece una grande en el pasillo, medio desorientada, que apenas trata de escapar.

En el departamento anterior, en cambio, las cucarachas formaban parte de la vida diaria. En una época el fumigador que venía era un hombre mayor, Ramiro, que tenía algo personal contra los pobres bichos que le daban de comer. Recuerdo una vez en que me explicó algunos de sus secretos de varias décadas. En cierto momento apareció una cucaracha en el piso, frente al baño. Era pequeña. Parecía capaz de correr muy rápido. Pero Ramiro era más rápido aún. Con su pistola de veneno trazó un círculo húmedo alrededor del bicho, de unos treinta o cuarenta centímetros de diámetro.

Fíjese ahora, va a ver que no puede escapar —me dijo.

La cucaracha empezó a correr dando vueltas, pero no atravesó la muralla líquida levantada por Ramiro. Él lo disfrutaba. Me hizo esperar hasta que la cucaracha murió, o sólo quedó inmóvil, quién sabe, y entonces acabó su tarea con un pisotón.

Ramiro duró poco tiempo. En su trabajo, quiero decir. Contrataron a otra empresa, cuyo dueño apareció una sola vez, un extranjero muy seguro de sí mismo, que no se ocupaba de hurgar en los rincones sino que enviaba a sus personeros de menor nivel. Los empleados cambiaron muchas veces, pero la empresa siguió prosperando hasta que nos mudamos. Las cucarachas también.

lunes, 30 de julio de 2012

La luna y el pelo

[30/7/2002]

—La luna está menguante —dijo el taxista—. Buen momento para cortarse el pelo.

Esa no la sabía —dije.

El taxista dio vuelta la cabeza para mirarme y le sonrió a mi ignorancia.

Si te cortás con la luna en creciente —explicó—, el pelo crece más rápido.

Ah —respondí.

Estaba hermosa la luna, esa noche de sábado, en el aire marítimo.

domingo, 29 de julio de 2012

La idea de la muerte

[29/7/2002]

"Para el occidental contemporáneo, incluso cuando se encuentra bien, la idea de la muerte constituye una especie de ruido de fondo que invade el cerebro cuando se desdibujan los proyectos y los deseos. Con la edad, la presencia del ruido aumenta; puede compararse a un zumbido sordo, a veces acompañado de un chirrido." (Michel Houellebecq, Las partículas elementales, Barcelona, Anagrama, 1999)

Camarera

[29/7/2002]

El domingo 28 de julio al mediodía, en el restaurante Montecatini Alpe, de la calle Belgrano entre Santa Fe y Corrientes, en Mar del Plata, nos atendió una camarera muy simpática, idéntica a este personaje de Arnold Lobel, que tira monedas a un pozo de los deseos (y el pozo responde "¡Ay!"). (El dibujo es un fragmento de la página 8 del maravilloso libro Historias de ratones, Kalandraka Editora, Pontevedra, 2000.) (En Imaginaria publicamos un cuento completo de ese libro, con la debida autorización de la editorial.)

jueves, 26 de julio de 2012

Nuevas razones para quejarse del hotel

[26/7/2002]
  • La habitación es mucho más chica que la vez anterior, y las grandes "están todas ocupadas".
  • El ascensor se detiene veinte centímetros por arriba o por abajo de donde debe.
  • El botiquín es un espejito enmarcado en un pedazo de plástico, con un estante también de plástico que alcanza justo para que el vaso con los cepillos de dientes parezca resistir pero acabe cayéndose. El conjunto cuelga de un tornillo clavado en la pared y se balancea como el péndulo de un reloj descompuesto.
  • Dejan hervir el paraguas demasiado tiempo cuando tratan de hacer café.
  • De las cuatro computadoras conectadas a Internet andan tres. De esas tres, dos se cuelgan. La restante es tan lenta que no se distingue si está funcionando o no.
  • En el placard hay cuatro perchas para tres personas. Rsolvemos que el nene no cuenta y usamos dos perchas cada uno.
  • Durante varias horas diarias se oye lo que parece una vieja hamaca de plaza (ñic, ñic..., ñic, ñic...). Y nadie recorre las habitaciones explicando qué cuernos es en realidad.
  • El encargado debe tener veinte años menos que yo.
  • El colchón se hunde hacia la derecha, mientras que en casa se hunde hacia la izquierda. Así, de noche no sé ni quién soy.
  • Las viejas están más viejas. Las jóvenes están más jóvenes. Ya no queda gente en este lugar.
  • El más revoltoso de los chicos es el mío.
  • Las medialunas de manteca son grasosas. Las medialunas de grasa son mantecosas.
  • El estudiante de hotelería que está haciendo una pasantía ya me habló tres veces de la gran oferta para ir al spa.
  • Los extraterrestres no se convierten en seres entrañables como en "Lilo y Stitch".

martes, 24 de julio de 2012

Locutorio

[24/7/2002]

Estoy en un locutorio con veintipico de computadoras conectadas a Internet, en Mar del Plata, mirando los carteles. Uno ofrece "BOX PRIVADOS" (sic) en el primer piso. Desanima un poco cuando se piensa en recurrir al otro, "CAFE GRATIS SIRVASE USTED MISMO", justo al lado.

Vacaciones

[24/7/2002]

Así que esto son las vacaciones. Siempre me olvido. Siempre son demasiado cortas para dejar algo más que un rastro débil, demasiado rosa o demasiado negro para corresponderse con la realidad.

Esta vez ocurre algo especial. Tengo pocas ganas de volver al trabajo. No extraño nada de la rutina. Describir el fenómeno me llevaría otro weblog, así que desisto. Dentro de un rato me voy a dormir.

(Llegó la medianoche. En vez de ser el último post del miércoles, este se convierte en el primero del jueves.)

Situación

[24/7/2002]

Mi mujer está resfriada. Yo tengo problemas de estómago. Mi hijo está convencido de que nada es suficiente. Además, hoy llovió. No podía ser de otro modo nuestro primer día en Mar del Plata.

domingo, 22 de julio de 2012

Microcontent

[22/7/2002]

John Hiler escribió en su Microcontent News un análisis muy útil de los distintos servicios y programas disponibles para quienes quieran tener un weblog.

[22/7/2012]

Duró poco Microcontent News. Una pena, porque era bueno.

Martillos

[22/7/2002]

Pasaba un jarrón por la puerta de casa cuando el martillo, que es un atolondrado, salió sin mirar por dónde iba y lo rompió en mil pedazos.

*

Tengo un martillo que no sirve para nada. Es un clavo.

Otro martillo, en cambio, de cabeza blanda y liviana, como gomaespuma, es ideal para martillarse los dedos, porque no duele.

*

Un ejército de ingenieros y arquitectos logró dar a las paredes de mi edificio el mayor índice de permeabilidad al martillazo de todo el mundo. Cuando alguien, en cualquier departamento, pega un martillazo, el ruido alcanza simultáneamente y con igual intensidad todos los otros departamentos. El fenómeno, además, mantiene el anonimato del autor: imposible saber de dónde viene tal estruendo.

El bicho peludo

[22/7/2002]

Interrumpimos nuestra programación habitual para dar espacio a un relato de Mario Levrero, que el autor me envió por email con la autorización explícita para publicarlo aquí, y la aclaración de que todavía es un borrador.

El bicho peludo
por Mario Levrero

Abrí la puerta del apartamento para salir, y se metió rápidamente un bicho negro, peludo; demasiado grande para araña, pensé. Tenía que ser un perro chico, un cachorrito. Cerré la puerta y empecé a buscarlo; se había escondido. Durante un rato no hubo forma de encontrarlo. Al fin, al mover un sillón, salió de atrás a toda velocidad y volvió a esconderse. Me armé de paciencia y seguí buscando, pero me cansé sin haberlo encontrado. Como tenía que salir, salí. Al volver, dos horas más tarde, el bicho seguía escondido. En la cocina puse un plato en el piso y le eché un poco de leche. Me senté en un sillón del living y me quedé quieto, esperando. Desde ahí podía ver la puerta de la cocina, abierta, y el plato en el suelo. En algún momento tendría que aparecer, pensaba yo.

Y apareció, mucho más tarde, moviéndose con cautela; venía desde el corredor que da al dormitorio. Se metió en la cocina pero no le prestó atención al plato con leche. Se movía con rapidez y con gran liviandad, casi como si flotara, explorando la cocina, que sin duda no había podido explorar en mi ausencia porque la puerta había quedado cerrada. Después salió de la cocina y se quedó mirándome cerca de la puerta. Digo que me miraba, pero no sé con qué, tenía tanto pelo que no se le veían los ojos. Hasta me pareció que no tenía ojos. Tampoco llegué a verle patas; parecía que fuese sólo una masa de pelos negros.

Cuando me fui a acostar, cerré la puerta del dormitorio para que no se metiera. Nunca cierro esa puerta porque me gusta que circule bastante aire, y con la puerta cerrada me parece que me asfixio, por más que siempre se cuela alguna corriente de aire entre las junturas de las ventanas. Cuando desperté al otro día, el bicho estaba en la cama, a los pies de la cama, como enrollado sobre sí mismo sobre la frazada. Pensé que lo iba a agarrar dormido, y me pregunté que haría con él cuando lo agarrara. Pero apenas me moví, se movió, y se filtró rápidamente por abajo de la puerta. Es una puerta de madera, y no de metal como la de la cocina, y hay como un dedo de luz entre la parte inferior de la hoja y el piso. Entendí entonces que no era un perro. Era sólo pelo. Después lo pude comprobar, mirándolo al trasluz cuando se paseaba por el alféizar de alguna ventana; no había propiamente un cuerpo, ni patas, ni ojos, ni nada. Tampoco comía ni bebía nada. Y no sé si dormía, o si de noche simplemente se acomodaba a los pies de la cama buscando compañía. Ni siquiera buscaba calor, porque se ponía lejos de mi cuerpo.

Nunca me picó, ni me mordió, ni me hizo daño alguno; pero tampoco hicimos amistad. Siempre que trataba de acercarme, se movía muy rápido para ponerse fuera de mi alcance. Después de algunos intentos, no volví a insistir. Ya vendrá solo, pensé, pero nunca vino.

Mientras estuvo en mi casa, durante un par de años, nadie alcanzó a verlo; ni siquiera la empleada, que venía dos veces por semana, en alguna de sus limpiezas a fondo. No sé dónde se escondería. Mis visitas nunca sospecharon su existencia, ni siquiera las mujeres que ocasionalmente se quedaban a dormir; esas noches el bicho no aparecía en el dormitorio. Y al día siguiente no se mostraba resentido ni variaba en lo más mínimo su conducta de siempre.

Una tarde de verano estaba apoyado en el alféizar de la ventana más grande del living, su lugar favorito. Las otras ventanas estaban también abiertas, por el calor. Hubo un soplo de viento que formó una fuerte corriente de aire en el apartamento y se lo llevó; lo vi alejarse con la ráfaga y después ir descendiendo lentamente hasta que otra ráfaga lo levantaba y lo hacía cambiar de dirección. Yo lo seguí con la vista hasta que dejé de verlo.

[22/7/2012]

Estaba recién escrito. Apareció por primera vez en la Mágica Web. Después Jorge lo incluyó en el libro Los carros de fuego (Trilce, Montevideo, 2003).

viernes, 20 de julio de 2012

Nombres en cadena

[20/7/2002]

Una cadena curiosa:

Boy George Michael Jackson Browne

¿Encontrará alguien una más larga (no necesariamente de músicos)?

jueves, 19 de julio de 2012

Sin final

[19/7/2002]

Me puse las zapatillas de gala y ahí fui nomás, a encontrarme con mi esposa para ver el estreno de "La casa de Bernarda Alba", dirigida por Vivi Tellas, con escenografía de Guillermo Kuitca, en el San Martín. De elite, evidentemente.

Lo mejor fue el viaje. Para empezar, cuando me metí en la estación Juramento había una especie de escándalo en cámara lenta. El boletero estaba golpeando el vidrio de su cabina con una moneda, rítmicamente, haciendo mucho ruido. Todos miraban a su alrededor. La razón de ese comportamiento no era evidente. Metí el ticket en la ranura número uno, lo saqué de la ranura número 2, pasé el molinete y empecé a bajar la escalera mecánica que lleva al andén. Entonces me di vuelta, porque el ruido seguía, y vi junto a la hilera de molinetes que acababa de dejar atrás a una mujer mayor y bajita que se metía por delante de un hombre alto y gordo, como para impedirle el paso, mientras el hombre levantaba los brazos en gesto de "yo no fui". Una voz masculina empezó a gritar "policía, por favor", pero no pude descubrir quién era. Abajo, en el andén, la gente se miraba interrogándose con los ojos, y nadie tenía respuestas. Enseguida vino el subte. Relato sin final.

Un par de estaciones más allá pasó una pareja frente a mí. Él, de pelo negro, vestido también de negro. Ella, rubia, bonita, con tacos altos y pulóver azul. Se sentaron en la siguiente tanda de asientos. La mano izquierda de ella asomaba por la manga del pulóver. La mano derecha no. En realidad, mirando un poco mejor, era evidente que dentro de la manga derecha no había suficiente brazo para incluir una mano. Él la abrazó. Ella tenía los ojos a media asta, la boca curvada hacia abajo. No pude evitar al menos dos miradas más hacia la amenaza de muñón. Sé que durante un par de días seguiré pensando en las puertas enrejadas de los ascensores, el espacio entre el subte y el andén, las sierras de los carpinteros y más cosas por el estilo. Incertidumbre. Otro relato inconcluso.

(Lo pensé sin querer, mientras caminaba hacia el teatro. Hay gente que se acaba de golpe, terriblemente. He visto casos próximos. Y, terriblemente, hay gente que se acaba de a pedacitos.)

No sé si decirlo, pero a la obra la sala Martín Coronado le queda un poco grande: desde la fila trece no se oye bien. La escenografía va ganando terreno a medida que pasan los actos. Pero algo no termina de cerrar en el tono de las actuaciones: demasiado alto, como para que las actrices deban reventarse cuando quieren aumentar la tensión. No hay caso: crítica sin final. Corto y fuera.

miércoles, 18 de julio de 2012

Palabras

[18/7/2002]

Siempre, desde chico, pensé que los terrones de azúcar Hileret son hilarantes. Que la marca Georgalos es un modo abreviado de "George Regalos". Que Harrod's es una forma complicada de escribir aros, los que se ponen en las orejas.

También, alguna vez, se me ocurrió que la "criollita santiagueña" era una galletita.

lunes, 16 de julio de 2012

Chicos

[16/7/2002]

Dos chicos de nueve o diez años, bajitos, traían sendas botellas chicas de Quilmes Cristal y trataban desesperadamente de abrirlas usando las rejas de los departamentos de planta baja. Una de las botellas ya echaba espuma por la tapita metálica torcida. Cuando pasé, me preguntaron si podía abrírselas. Dije que no y seguí caminando. Unos metros más adelante los esperaba una chica tres o cuatro años mayor y tal vez más viva: ella tenía dos Quilmes Cristal, y además en lata. Los miraba con impaciencia. Me di vuelta y noté que de algún modo uno de los chicos había tenido éxito y ya estaba tomando del pico de la botella. A pocos pasos la gente esperaba el 151 como si no hubiera otra cosa que hacer en la vida. Me vine a escribir esto (como si no hubiera otra cosa que hacer en la vida).

Fractura

[16/7/2002]


Encuentro

[16/7/2002]


Diga aahhh

[16/7/2002]


El cofre del tesoro

[16/7/2002]


Se va el cuarto de hora

[16/7/2002]


domingo, 15 de julio de 2012

Vacíos

[15/7/2002]

Hay un vacío. O dos, pero la suma de vacíos es como la suma de infinitos, siempre da lo mismo.

miércoles, 11 de julio de 2012

El oso

[11/7/2002]

Con la llegada del invierno, el oso abrió la heladera, se comió todo lo que había, preparó la cama cuidadosamente, bostezó de una manera interminable y se dijo que por fin era hora de hibernar.

Estaba levantando la puntita de las mantas para meterse abajo cuando sonó el teléfono. Corrió a atender.

—¡Hola! —dijo la voz de su hermana, que vivía muy lejos, en el hemisferio opuesto—. ¡Acabo de despertarme de mi hibernación! ¡No sabés lo linda que estuvo!

Me alegro —dijo el oso—. Yo estoy por acostarme ahora.

¡Ah, siempre me olvido de que estás en otra estación! —dijo la hermana, que lo único que jamás olvidaba era pronunciar los signos de admiración.

No importa —dijo el oso—. Saludos para los oseznos.

Y cortó. Bostezando otra vez dio unos pasos hacia la cama, y entonces oyó el ruido inconfundible de una carta que el portero deslizaba bajo la puerta de entrada. La curiosidad pudo más que el sueño, así que fue a ver.

Era la cuenta de la luz. Y tenía que pagarla ahora, no podía esperar a que terminara el invierno. De manera que buscó la tarjeta de crédito en uno de los bolsillos más ocultos de su abrigo, fue a la computadora, la encendió, se conectó a Internet y pagó a través de la Web. Los ojos casi cerrados, los bostezos que se sucedían como en un desfile, el sueño intolerable casi le impidieron apagar la máquina. Pero lo logró, y enfiló una vez más hacia las mantas suaves.

Sonó el timbre. Sin abrir la puerta, el oso gritó con su voz de oso:

¿Quién es?

Fumigador —dijo una vocecita al otro lado.

No, gracias —dijo el oso—. Vuelva en primavera.

Bueno —contestó la vocecita—. Que tenga un buen día.

El oso se arrastró hasta la cama, justo a tiempo para ver que una cucaracha enorme escapaba de entre las mantas y se quedaba a la espera de novedades al otro lado.

Creo que debí dejar entrar a ese tipo —dijo el oso en voz alta, cada vez más contrariado.

Dio la vuelta a la cama y consiguió darle a la cucaracha un zarpazo impecable que la estrelló en el piso. Ahora, pensó, debería limpiar el lugar. Pero ya no, imposible, tenía demasiado sueño.

En el momento de empezar a meterse entre las mantas sintió una corriente de aire helado y miró hacia la ventana. La persiana estaba clausurada, pero uno de los paneles corredizos había quedado un poquito entrabierto, de manera que tuvo que levantarse para cerrarlo del todo.

Ahora sí, se metió en la cama y empezó a tirar de las mantas para taparse hasta las orejas. Sin embargo, algo andaba mal. ¿Cómo podía ver todo lo que ocurría si la casa debía estar a oscuras para que él pudiera dormir?

Qué tonto: se había olvidado de apagar la luz. Tenía que levantarse una vez más, y en cuanto lo hiciera, seguramente, alguna otra cosa lo iba a interrumpir, y así no conseguiría hibernar nunca.

Un momento, se dijo, sorprendido con lo que se le acababa de ocurrir. Caramba. Yo soy un oso. No tengo heladera, ni computadora, ni teléfono. No me llegan cuentas de la luz, ni vienen fumigadores. Tampoco hay porteros por aquí. Ni persianas, ni, ya que estamos, ventanas siquiera. Vivo en una cueva, en medio del...

¡Ya sé! —dijo el oso en voz alta, aliviado—. ¡Debo estar soñando!

Y con eso se despertó, abrió los ojos lentamente y aspiró hondo. Una rendija de luz en la entrada de la cueva le permitió descubrir que, allá en el mundo exterior, acababa de empezar la primavera.

martes, 10 de julio de 2012

Open Content Network

[10/7/2002]

Open Content Network: "We are in the process of creating the Open Content Network, which aims to be the world's largest content delivery network (CDN).

"Users will soon be able to download open source and public domain software, movies, and music at incredibly fast speeds from this global, distributed network.

"Using a new Peer-to-Peer technology, called the 'Content-Addressable Web', indviduals will be able to contribute to the open source movement by donating their spare bandwidth and disk space to the network.

"Note: Contrary to what some articles may say, the OCN is not a file sharing network like Kazaa. Rather, it is a controlled content delivery network for open source and public domain content." (Vía Pub-Forum.)

[10/7/2012]

No pasó nada. El link lleva a cualquier cosa. Las referencias más nuevas que aparecen en Google (y que no se refieren a otra cosa) son de 2003.

Mirando gente en el "tenedor libre"

[10/7/2002]

• El nene tiene ojos grandes y hoyuelos en las mejillas. El padre, de cara pequeña, parece que podría compartir algo de la buena predisposición de su hijo, aunque desentonan los labios color de necrosis. La madre está amargada, pasa un mal día, o simplemente es así. En vez de hablarle al chico le ladra. Lleva un corte de pelo brujeril. Tiene unas arrugas o protuberancias, no veo bien, a ambos lados de la boca, ahí donde las comisuras de los labios le caen vertiginosamente en desprecio al mundo.

• Es alta, delgada, lleva uniforme negro y seguramente estudió alguna de esas carreras fascinantes donde les enseñan a hacer hoteles más confortables, restaurantes más tentadores, cosas así. Alguien, al pasar, la llama Pilar. Con semejante nombre, debe ser un verdadero soporte en este sitio. Siguiendo con el estúpido juego de palabras, me pregunto si usará sostén.

• Durante el noventa y nueve coma nueve por ciento de la historia de la humanidad, con la cara que lleva y las caderas que mueve al caminar, esa chica habría sido el ideal de belleza femenina. Le tocó la mala suerte de nacer hace veinte años, así que tiene fácil ocho kilos de más.

• Vino con su mujer, sus dos hijas prepúberes y su hijo de seis o siete años. Come, come, come. De pronto, levanta la mano derecha para interponerla entre él y la más hiperactiva de sus hijas, como quien intenta detener una bala, como quien quiere protegerse del camión que está por atropellarlo, como quien se defiende de la lluvia sin paraguas.

lunes, 9 de julio de 2012

Un nuevo juguete

[9/7/2002]

Un nuevo juguete, que se presenta como "el más grande del mundo", llegará a los comercios del ramo antes de la próxima Navidad.

Creado por Mens Sana Corp., se trata de LYPS, nombre que deriva de la palabra "Ellypse", y es a la vez acrónimo de "Little Yellow Planetary System".

Como su nombre sugiere, consiste en un sistema solar completo, a escala uno en mil millones. La pieza central, una pelota inflable de intenso color amarillo que alcanza alrededor de un metro de diámetro, contiene una lámpara y requiere dos baterías comunes. "De noche será espectacular", asegura Venus Lander, CEO de Mens Sana Corp, "visible desde todos los confines del juego".

El resto de los elementos, en su mayoría bolas de plástico comparativamente pequeñas, llegarán en un tablero con etiquetas que facilitarán su identificación. Por ejemplo, la Tierra será una bola azul con un diámetro algo superior al centímetro, e irá acompañada por una bola blanca de tres milímetros, la Luna.

Estarán todos los planetas y sus lunas conocidas. "Para simplificar", aclara Ms. Lander, "hemos unificado todas las lunas de menos de doscientos kilómetros de diámetro en bolitas de dos milímetros".

El toque verdaderamente original de LYPS es un tubo delgado que contendrá varios gramos de arena común. El tubo incluye un sistema especial que permite extraer un solo grano por vez. Se trata del cinturón de asteroides, que tantas veces ha sido dejado de lado.

Junto a estas piezas que harán las delicias de grandes y chicos, un manual de casi mil páginas explicará el montaje inicial y posterior desarrollo del juego.

"Con la ayuda de un carrete de hilo de varios kilómetros de longitud, que lleva una marca cada metro", explica Ms. Lander, "será posible para el usuario tomar las medidas necesarias para situar cada planeta, luna y asteroide del sistema solar en una representación exacta del sistema solar auténtico. El manual incluye la disposición de las piezas para representar cualquier momento de un período de diez mil años, cinco mil hacia el pasado y cinco mil hacia el futuro".

La bolita que representa la Tierra, por ejemplo, deberá ser situada a unos ciento cincuenta metros de la pelota-Sol, con la Luna a cerca de cuarenta centímetros de ella. El diámetro total del juguete, una vez armado, será de más de ocho kilómetros, aunque esta medida es extremadamente variable en función de la excéntrica órbita de Plutón.

El primer cliente de Mens Sana Corp es un colegio de Pittsburgh, que ya ha encargado su ejemplar a pesar de que aún faltan cinco meses para la comercialización del producto. "Nos convenció el bajo precio y el alto potencial didáctico", dice el doctor S. A. Turn, director del colegio. "Por sólo 29,90 recibiremos el equipo completo. Y calculamos que la adquisición de los terrenos necesarios para el armado, más su preparación adecuada, sólo insumiran unos veinte millones de dólares adicionales."

Es probable que otros colegios se sumen pronto a la iniciativa del doctor Turn, ya que LYPS es ideal para jugar en grupo. "Nuestra propuesta es actualizar la posición de las piezas al menos una vez al día", dice Ms. Lander, "para lo cual recomendamos contar con unos sesenta y cinco niños, particularmente por la cantidad de asteroides que intervienen, y la supervisión de cinco o seis adultos provistos de largavistas." La venta de largavistas es uno de los rubros laterales a que se dedica Mens Sana Corp.

La empresa, hasta el desarrollo de este revolucionario juguete, sólo se ocupaba de negocios inmobiliarios. "Rubro en el que prevemos también una considerable expansión", agrega Ms. Lander mientras parte rumbo a Pittsburgh.

domingo, 8 de julio de 2012

Una luz

[8/7/2002]

Había una sola luz, allá lejos, más o menos en la dirección de la que venía el viento. Lo demás era negro. Se oía el mar y también el golpeteo arrítmico de una puerta entreabierta. En el cielo, una capa espesa de nubes ocultaba las estrellas. Todo perfecto, salvo aquella luz neblinosa, aquella lamparita terca rodeada de halos, aquel punto blanco que quería ser el centro del universo, que obligaba a desviar la vista para mirarla, que impedía pensar, que era origen y final de todas las cosas.

De Salinger

[8/7/2002]

Una de Salinger:
... the most singular difference between happiness and joy is that happiness is a solid and joy a liquid. Mine started to seep through its container as early as the next morning... ("De Daumier-Smith's Blue Period")
Otra:
"What I need is a cocker spaniel or something", she said. "Somebody that looks like me." ("Uncle Wiggily in Connecticut")
Jorge Varlotta opina que Nine Stories es el mejor libro de cuentos que existe. Me parece que se queda corto.

Luisa

[8/7/2002]

Luisa vive en un nido de águilas con losa radiante. Desde sus ventanas se ve medio Río de la Plata y dos tercios de la zona norte de Buenos Aires. Cuando cumple años e invita, uno puede estar seguro de que va a haber comida riquísima, buenos tintos y demasiado humo de cigarrillo, aunque ella no fuma. Chistes también, contados por alguien que parece haber ensayado toda la semana (¿cómo se hace para recordar y contar ocho o diez chistes al hilo, sin tomar aliento?). Y varias instancias de charla sobre la gente que se fue, la gente que se queda, la gente que vuelve, la gente que va a todas partes y la que no va a ningún lado. Sobre gatos también, como Felipa, que apenas me dedica un rápido paseo sobre mis piernas para ir a parar a otras que le gustan más.

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos. Pero Luisa, desde que la conozco, lo hace con más clase que nadie.

viernes, 6 de julio de 2012

Regalito

[6//7/2002]

Estuve en una librería, comprando un libro para regalo. Delante de mí había seis personas, también comprando libros para regalo. En esta época sólo se compran libros cuando no hay más remedio, para regalo.

Una mujer buscaba el cassette de Bandana. Por supuesto, lo tenían. Era para regalito.

Pensando en dólares, los libros han mantenido su precio. Nosotros valemos menos.

Máquina de escribir

[6/7/2002]

Hace unos días conté que cuando tenía trece años me compraron mi primera máquina de escribir. Ahora escribe Jorge Varlotta:
También a los 13 yo tuve mi primera máquina, pero no me bastó con pedirla como regalo, sino que tuve que hacer una verdadera campaña, con carteles (que ponían nerviosos a mis padres porque venían alumnos suyos de inglés a casa) y no recuerdo qué otras acciones subversivas. Les parecía un gasto innecesario. Apenas conseguí la máquina me compré un libro para aprender a escribir al tacto. "tu potro torpe", "puerto europeo" y "quiero pupitre" me deslumbraron porque se escribían con una sola línea de teclas. Y más adelante había sanos consejos, como "No prepares para tu enemigo un horno tan caliente que te abrase a tí mismo".
[6/7/2012]

El post sobre mi primera máquina de escribir, acá en MW+X.

Anteojos

[6/7/2002]

Andaba con anteojos oscuros para no ver los ojos de los demás.

jueves, 5 de julio de 2012

Bien

[5/7/2002]

Hace un rato traje a mi hijo y a un amiguito de la escuela. Había mucha gente en la calle, muchos chicos que salían de muchas escuelas. Había negocios abiertos, colectivos, gente en los negocios y en los colectivos. Había porteros en los edificios que miraban con curiosidad cada cosa que se movía frente a ellos. Pasó un tren por la estación Belgrano R. Por algún motivo que se me escapa, da la impresión de que las cosas funcionan, en general, bien.

También no

[5/7/2002]

"También Kirchner no sabe si se presentará a la interna" (Clarin.com). También Clarín no sabe usar la palabra "tampoco".

[5/7/2012]

Nuevo link (aunque solo aparece el título, y no la nota). Lo encontré por Google, ya que no por el buscador de Clarín.

La ñata contra el vidrio

[5/7/2002]


O "El scanner como cámara fotográfica - Ejercicio N° 5".

O "Reblandecido al fin".

Teuro

[5/7/2002]

En Alemania las cosas están tan caras que al Euro todo el mundo lo llama Teuro. (En alemán, "teuer" es "caro".) (Gracias a Gabriele por el dato.)

El inventor de la FM

[5/7/2002]

E. H. Armstrong Web Site. Extenso y muy documentado material sobre el inventor de la radio FM y su tremenda historia que acabó en suicidio acosado por RCA.

La bruja

[5/7/2002]

La bruja vestida de negro, con sombrero en punta, nariz ganchuda y verruga llena de pelos, lechuza al hombro, espalda encorvada y diente solitario entre los labios de color violeta, echó algunas porquerías más en el caldero que ya olía a podrido, le pegó una patada al gato, miró el último huesito humano que quedaba en un rincón, se aseguró de que fuera bien de noche, agarró la escoba y pateando cucarachas salió a buscar algún otro chico para comerse en la cena.

Afuera la esperaba una comisión de la Asociación Pro Relatos Infantiles Políticamente Correctos, que con una orden del juez la llevó a un centro de rehabilitación.

Mutantes en la pecera


Recibimiento

[5/7/2002]

Encantador el recibimiento del sitio de Página/12 esta mañana:
Warning: Host '192.168.1.1' is blocked because of many connection errors. Unblock with 'mysqladmin flush-hosts' in /var/www/pagina12b/includes/phplib/db_mysql.inc on line 77
Database error: pconnect(192.168.1.2, pagina, $Password) failed.
MySQL Error: ()
Session halted.

miércoles, 4 de julio de 2012

Copyright on silence

[4/7/2002]


Music publisher claims copyright on silence (CBC News): "When British composer and producer Mike Batt put a one-minute silent track on an album he was putting together, he didn't expect to get a notice of copyright infringement." (Vía Pub-Forum.)

[4/7/2012]

Ya que estamos con los efectos indeseados del copyright, Google da entre los resultados (de buscar el texto entre comillas) una parva de sitios que, prolijamente, conservan los links al artículo original... ¡que ya no está más!

Por suerte, alguna gente copió el artículo en foros, ilegalmente sin duda. Y eso es lo que nos permite leerlo hoy. Por ejemplo, acá. Y acá también.

Software idiota

[4/7/2002]
  1. Cada dos por tres, el Outlook me avisa que la cuenta que elegí para enviar un email ha sido eliminada, y pregunta si no quiero usar la cuenta preestablecida... ¡que es la misma! Le digo que sí, y anda el pobre.
  2. Cualquier página que así lo desee puede cambiar las medidas de mi ventana de Internet Explorer. Cuando vuelvo a abrir el programa, conserva esas medidas que otros le dieron. Ahora, en cambio, las modifico yo (tirando del rincón inferior derecho), y cuando lo abro de nuevo... ¡conserva las otras! (IE6, Win 98 primera edición.)
  3. Pongo un disco virgen en la grabadora de CDs y el soft de Hewlett-Packard (HP CD-Writer) arranca solo. Hago un click aquí, un click allá, y rápidamente llego al punto en que hay que empezar a grabar. Entonces el programa eyecta el disco que puse al principio (y que lo hizo arrancar), y me pide... ¡que ponga un disco virgen!
[4/7/2012]

Con respecto al punto 1, librarse del Outlook y usar Gmail es una de las grandes cosas que ocurrieron en este tiempo. Al menos cambiamos esos problemas estúpidos por otros más interesantes.

El punto 2 sigue en general vigente, también con otros navegadores. No entiendo la razón para permitir a cualquier página que cambie la medida de mi ventana. Y peor: a esta altura los únicos sitios que cambian la medida son los que, ante un click desprevenido, abren nuevas ventanas con publicidad. O los anticuados que muestran el contenido en una nueva ventana (y que en general usan Flash, ponen música sin avisar, son lentos, y sobre todo invitan a que uno los cierre y no vuelva nunca más).

No me acordaba del 3, y la verdad es que al leerlo de nuevo me reí con ganas.

martes, 3 de julio de 2012

El Dr. Vince A. Newcastle analiza un gigantesco fósforo fósil


Llueve

[3/7/2002]

Llueve en todas las direcciones. De arriba, de abajo, de los costados. Llueve por adentro también, donde canillas imprevistas se abren sin haber dado antes señales de deterioro. Llueve en sitios en los que uno se creía protegido. Llueve bajo techo, bajo la cama, bajo cuerda, bajito. Llueve a pesar de los paraguas, las capuchas, los impermeables, las camperas, las bolsas de nylon, los recuerdos, los olvidos. Llueve aunque uno se distraiga mirando para otro lado. Llueve leyendo el diario, mirando la tele, trabajando, charlando en familia. Llueve en silencio y llueve con ruido. De todas las maneras posibles llueve, bajando aún más la sensación térmica.

Clasificados

[3/7/2002]

Avisos aparecidos en El Gallito Luis, suplemento de clasificados del diario El País de Montevideo:
  • ESCRITOR necesita Ayudante hasta 30 años, 6to. Liceo, óptima caligrafía, trabajo nocturno. Tel. 708****
  • DESCONECTESE del bajón: CANTE !! edad de 10 a 80 años. Tel. 508****
  • BETTY p/pedidos solicita Encuestadoras Verborajicas c/exper. T. 0900**** ($12.90 x min iva inc.)
  • CADETA 16 a 25 años, hábil c/público, coser y planchar a mano. Curriculum a Sr. Director. Rivera ****
(Me lo envió Jorge Varlotta, a quien se lo mandó su amiga Vanessa.)

[3/7/2012]

gallito.com.uy, propiedad de El País, parece ser la continuación de El Gallito Luis, pero sin la gracia.

lunes, 2 de julio de 2012

Elevador de tensión

[2/7/2012]

En la última hora ocurrió dos veces que bajó la intensidad de la luz. Me acordé de la época en que era lo usual, allá por la década del sesenta, cuando estábamos acostumbrados a que las lamparitas más poderosas languidecieran con un brillo apenas perceptible debido al mal servicio.

Más todavía, me acordé del elevador de tensión. Era una caja gris, de unos treinta centímetros de ancho, veinte de alto y veinte de profundidad, con una perilla que tenía doce posiciones numeradas, y un vúmetro. Cuando las lamparitas empezaban a dar señales de depresión, uno de mis padres decía:

—Hay que poner el elevador.

Y allá iba yo, el niño de la casa, encargado de la tarea importante, corriendo a pasar la perilla del uno al dos. A veces incluso al tres.

Cuando llegamos a tener tele el síntoma disparador cambió: la imagen de la pantalla perdía altura, se convertía en una banda horizontal, más delgada cuanto más baja estuviera la tensión. Había que ir bien rápido entonces a regular la perilla.

El fenómeno inverso, cuando la tensión subía, era terrible. El elevador tenía una alarma, una chicharra fuertísima que ponía los pelos de punta y obligaba al emisario (o sea, yo) a redoblar la velocidad.

Me acuerdo de haber pasado ratos mirando el elevador, fantaseando con esa situación límite en que hubiera que poner la perilla en el doce.

No sé qué fue de ese aparato, tendré que preguntar. Me parece que cayó en desuso durante los setenta, cuando los problemas a resolver se hicieron más graves y no sólo para mí. Otras clases de problemas, en que la perilla llegó al doce con frecuencia.

Pedido

[2/7/2002]

Que alguien haga algo con este cielo amarillento y deprimente, lluvioso, que nos tocó hoy.

domingo, 1 de julio de 2012

No quiero ser plomo pero

[1/2/2002]

Otro párrafo antológico del spam de hoy:
Su dirección de e-mail la tenemos en nuestra base de datos por ser cliente, por haber dejado sus datos en stands expositores de nuestra firma o bien haber sido recomendados por una firma amiga.Y es absolutamente confidencial.Si desea no recibir mas estos e-mail favor disculparnos el presente y enviar su desubscripción haciendo click aquí. ("Click aquí" tiene un link a una dirección de email.)
No quiero ser plomo, pero:
  • "Su dirección de e-mail la tenemos" es una construcción sintáctica errónea.
  • Si "por ser cliente" se corresponde con "su dirección de e-mail", entonces "su dirección de email" es el cliente (y lo correcto sería "clienta").
  • "Recomendados" debe guardar concordancia con "su dirección de email" y no lo hace.
  • Después de cada punto seguido va un espacio.
  • El "más" de "no recibir mas" lleva acento.
  • "E-mail" no guarda concordancia con "estos".
  • "Favor disculparnos..." es otra construcción sintáctica errónea.
  • "Desubscripción" no existe como palabra, y en caso de querer inventarla es preferible "desuscripción", sin la b, porque en castellano se dice "suscripción", no "subscripción".
  • Todo lo que dice de comprensible el párrafo es obviamente mentira.

A domicilio

[1/7/2002]

Esta maravillosa oferta me acaba de llegar vía spam:
LOS VERDADEROS CONJUROS DE AMOR DE LA MAS ANTIGUA MAGIA.

ENTREGA A DOMICILIO.

Chiste alemán

[1/7/2002]

Mi mujer, que es alemana, me contó este chiste cuando recién nos conocíamos:

¿Cómo te das cuenta, cuando estás en un ascensor, de que hay un elefante a tus espaldas?

Respuesta: por el aliento a maní.

Visual Thesaurus

[1/7/2002]

"The Plumb Design Visual Thesaurus is an exploration of sense relationships within the English language. By clicking on words, you follow a thread of meaning, creating a spatial map of linguistic associations." (Vía Pub-Forum.)

[1/7/2012]

No está más. Sin embargo, Google señala sitios donde hablaron de esto. Es decir, está la reacción pero no aquello que la produjo.

Lo que encontré es algo parecido: Thinkmap Visual Thesaurus. Es una versión comercial, de manera que solo se puede usar unas pocas veces sin pagar.

Blanco móvil

[1/7/2002]


[1/7/2012]

Esta fue la primera imagen que hice jugando con el scanner, "la cámara inesperada". Después no pude parar. La encontré grande (click para ampliarla más):

Lettera 22

[1/7/2002]

El teclado de mi primera máquina de escribir, una Lettera 22, tal como se ve hoy:


La tengo desde los 13 años. Creo que fue mi primer acto consciente de escritor: la pedí como regalo para poder escribir más. Mi viejo me enseño a tipear, más o menos. Me acuerdo que me pasaba horas y horas inventando cuentos.

Uno de los más grandes descubrimientos fue que para tachar había que usar la x. No lo hice por mi cuenta, me lo tuvo que decir mi padre; hasta entonces yo tachaba eligiendo letras lo más diferentes que fuera posible de aquellas que quería convertir en ilegibles; por ejemplo, podía tachar la palabra "Hoy" con la palabra "Sin". Daba más trabajo eso que quitar la hoja y empezar de nuevo.

[1/7/2012]

Encontré la foto grande (click para ampliarla más):

Bolita

[1/7/2002]

Es increíble cuánto ruido y por cuánto tiempo hace una bolita que mi hijo echa a rodar allá en el living y que viene recorriendo lentamente todo el pasillo hasta detenerse a centímetros de mi puerta.

Mi hijo, que ve televisión desde antes que su memoria empezara a registrarlo, no dice "bolita" sino "canica".