viernes, 24 de febrero de 2012

En Mar del Plata

[24/2/2002]

Estoy en Mar del Plata, con mi mujer y mi hijo. Vinimos en tren. En el camino vi un poste de los que sostienen cables que, además, sostenía un nido de hornero. Sorpresa. Creí que todos los nidos de hornero habían sido secuestrados por las escuelas.

Venía a Mar del Plata, con cierta frecuencia, cuando era chico. Mis tíos aún viven aquí. En el hotel de ellos, a los cinco años, corría persiguiendo a mis primos algo mayores, subiendo y bajando la escalera exterior, circunvalando el enorme cantero central. Hoy estuve en el Misiones otra vez, justo frente a la estación del ferrocarril. Todo tiene la mitad del tamaño de entonces. Nada original, ya lo sabemos: el pasado es enorme, y sus cosas también.

Tengo algo más que contar sobre el viaje desde Buenos Aires. Durante un par de minutos me entretuve buscando en el paisaje alguna evidencia concluyente de que no estaba en, digamos, 1959. A la izquierda del tren, la ruta es el doble de ancha: dos carriles de ida, dos de vuelta, separados por varios metros de verde, ocupados con autos de cola más alta y colores metalizados. A la derecha del tren, nada. Los yuyos parecen los mismos. Los bosques, por su parte, también. Las casas viejas probablemente están más viejas que entonces. Hay una nueva serie de postes, más altos, más espaciados, con idénticas catenarias de cables eléctricos, pero qué diferencia es esa.

Si hay alguna conclusión que sacar al respecto, todavía la estoy esperando.

[Integrado al hotel en que paramos hay un bar, y en el bar cuatro computadoras conectadas a Internet con un buen servicio de banda ancha. Cobran $1,50 por hora de uso, y cincuenta centavos más si uno agrega un café (está rico). Más arriba, en el entrepiso, mientras escribo esto, Los Javis (no se cobra derecho al espectáculo) cantan "My way", pero en castellano.]

[24/2/2012]

El primer intento de "diario" en la Mágica Web. Los links... ¡Ah, los links! Arreglando:

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