[25/4/2003]
El bar está en silencio hasta que se oyen unos pasos terribles desde el piso de arriba. Es una mujer de pantalón y saco marrones, que empieza a bajar la escalera de madera calzada con unos zuecos estruendosos. Suena como el carcelero que te viene a buscar para la silla eléctrica.
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