"Agua podrida" la llamábamos de chicos, y le poníamos barquitos. Era parte de la vida cotidiana porque vivíamos cerca del suelo, conocíamos las baldosas de la vereda, sacábamos bichos de abajo de las piedras y veíamos crecer los yuyos uno por uno.
Leo Masliah lo escribió como corresponde:
"Agua podrida, estancada, reseca,
agua podrida, pescado, buseca,
agua podrida, agua podrida,
agua podrida tapada de mugre,
agua podrida que queda y se pudre,
agua podrida, agua podrida,
agua podrida con casas al lado,
agua podrida con gente al costado,
agua podrida, agua podrida."
(Ahora, en la calle Vidal, el agua podrida baja blanca y espesa, como leche. Me pregunto qué estarán tirando, de dónde. No se sabe. Unos metros más acá ya es normal.)
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