(Con un guiño a Jordi Cebrián)
Giró la llave en el sentido equivocado y terminó todo.
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Al mediodía aún no habían logrado que saliera el sol.
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Necesitaba una lista de compras que pudiera resolverle la vida.
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Bajé antes. Caminé. Miré pájaros. Llegué tarde. No me esperaban.
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En el colectivo siete personas estaban sospechando de las otras.
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Le puso en los ojos unas gotas para mirarse adentro.
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Dedicó su vida a cambiar el uso de una palabra.
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En la tumba sólo encontraron una moneda de diez centavos.
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Se puso a escribir sin saber que acabaría tan pronto.
[6/11/2012]
Tardé, pero en algún momento me di cuenta de que eran nueve en lugar de diez.
Tardé, pero en algún momento me di cuenta de que eran nueve en lugar de diez.
Uno más:
ResponderEliminarSalió, caminó desencajado y regresó a la caja con alivio.
Era el último sobreviviente del planeta.
ResponderEliminarAlguien golpeó su puerta.
Fredric Brown (adaptado para la ocasión)
Te devuelvo el guiño, y te adjunto un cuento de diez palabras:
ResponderEliminarUn extraño habitaba su cuerpo, y él dentro del armario.
Saludos.