Salió el boletín de Imaginaria con publicidad y formato HTML. Es la movida más fuerte que hacemos en casi tres años. Todavía no llegó a la primera plana de los diarios más importantes.
[7/3/2012]
Parece mentira, ¿no? Todavía no era usual que las newsletters circularan en HTML.
Diez años después seguimos con Imaginaria, y el boletín sigue en HTML, pero lo de la publicidad duró poco.
Pero da la casualidad de que justo ahora (bueno, hace quince días) empezamos, por primera vez, a enviar el boletín con imágenes. No están directamente incluidas en el mail: van links a las imágenes alojadas en imaginaria.com.ar. Esto era impensable cuando la mayoría de la gente se conectaba a Internet por dial-up y usaba clientes locales como Outlook. Ahora es al revés: casi todas las conexiones son continuas, de banda ancha.
Lo que vale la pena decir, a esta altura, es que desde junio de 1999, cuando empezamos con Imaginaria, nuestro distribuidor de newsletters es Mail-list.com. Un servicio excelente, que nunca falló, nunca hizo nada extraño o sospechoso o imprevisto, cuyo dueño contesta los mails, y que (como se ve) puedo recomendar con ganas. Está en Texas. En 2011 le pasó por encima un huracán, pero ni así falló el servicio. (Por las dudas: hay que comunicarse en inglés.)
Parece mentira, ¿no? Todavía no era usual que las newsletters circularan en HTML.
Diez años después seguimos con Imaginaria, y el boletín sigue en HTML, pero lo de la publicidad duró poco.
Pero da la casualidad de que justo ahora (bueno, hace quince días) empezamos, por primera vez, a enviar el boletín con imágenes. No están directamente incluidas en el mail: van links a las imágenes alojadas en imaginaria.com.ar. Esto era impensable cuando la mayoría de la gente se conectaba a Internet por dial-up y usaba clientes locales como Outlook. Ahora es al revés: casi todas las conexiones son continuas, de banda ancha.
Lo que vale la pena decir, a esta altura, es que desde junio de 1999, cuando empezamos con Imaginaria, nuestro distribuidor de newsletters es Mail-list.com. Un servicio excelente, que nunca falló, nunca hizo nada extraño o sospechoso o imprevisto, cuyo dueño contesta los mails, y que (como se ve) puedo recomendar con ganas. Está en Texas. En 2011 le pasó por encima un huracán, pero ni así falló el servicio. (Por las dudas: hay que comunicarse en inglés.)
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