Todavía me acuerdo de la noche en que dormí bien.
Fue hace diez o doce años. Vivía en Julián Álvarez, frente a la comisaría 21. Sonó el despertador, y mientras estiraba el brazo para apagarlo el descubrimiento me recorrió de los pies a la cabeza. Intenso hasta el punto en que lo dije en voz alta:
—Qué bien dormí.
Estaba acostado sobre el lado derecho, de espaldas a la ventana, con el cuerpo curvado en una S armónica. Volví a acomodar el brazo izquierdo donde lo tenía antes de apagar el despertador, y al principio me quedé quieto, observándome por adentro. El cuello, la parte trasera del cuello, se había acomodado en un ángulo perfecto entre los hombros. La espalda casi no intervenía: estaba libre de dolores. Las piernas, muslo sobre muslo, rodilla sobre rodilla, pie sobre pie, flotaban en un agua imaginaria, tibia como una frazada en las madrugadas de otoño.
Entonces giré para ponerme boca arriba, estiré los brazos hacia la pared y las piernas hacia la otra pared, bostecé con ruido.
Me levanté animado, bien despierto, con ganas de vivir el día. No entendía por qué había dormido tan bien, pero seguro que era una combinación de relajar los músculos y limpiar la cabeza, y una actitud. Sobre todo una actitud: la de enfrentar la noche sabiendo que podía dormir bien, que me estaba permitido, que nadie me iba a quitar ese derecho que acababa de adquirir.
Era una buena perspectiva. Sin duda, a partir de entonces iba a dormir bien todas las noches.
[12/3/2012]
En 2006 armé un PDF de 79 páginas A4 con una selección de textos: "Estos escritos, publicados primero en mi weblog La mágica Web, son resultado del primer año de ese experimento. Uno de los resultados. Hablan de la crisis y a la vez la evitan. Describen mi vida cotidiana pero tratan de esconderla. No hay nada de ficción aquí, pero mucho de lo que se cuenta está tratado como si lo fuera."
Este texto fue el primero de esa serie. Fue un disparador, un aprendizaje concentrado, surgido de una revolución interna (que no voy a tratar de describir) que llevó un mes de blog para llegar hasta acá. El título de la recopilación es Todavía me acuerdo de la noche en que dormí bien.
(El link de arriba lleva al PDF en archive.org. También sigue sigue disponible en la Mágica Web. Licencia Creative Commons by nc sa.)
En 2006 armé un PDF de 79 páginas A4 con una selección de textos: "Estos escritos, publicados primero en mi weblog La mágica Web, son resultado del primer año de ese experimento. Uno de los resultados. Hablan de la crisis y a la vez la evitan. Describen mi vida cotidiana pero tratan de esconderla. No hay nada de ficción aquí, pero mucho de lo que se cuenta está tratado como si lo fuera."
Este texto fue el primero de esa serie. Fue un disparador, un aprendizaje concentrado, surgido de una revolución interna (que no voy a tratar de describir) que llevó un mes de blog para llegar hasta acá. El título de la recopilación es Todavía me acuerdo de la noche en que dormí bien.
(El link de arriba lleva al PDF en archive.org. También sigue sigue disponible en la Mágica Web. Licencia Creative Commons by nc sa.)
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