martes, 8 de mayo de 2012

El blog y la escritura

[8/5/2002]

La cantidad de visitas a esta página está creciendo bastante. El servidor me dice 585 en lo que va de mayo (siete días, diez horas, quince minutos). La cosa me halaga y me asusta a la vez. Bueno, me aterra. Es un hecho fuerte en mi vida: estar escribiendo de nuevo, luego de algunos años de teclas caídas, y hacerlo con este grado de exposición. Publicación inmediata, lectores instantáneos. Y, a veces, comentarios en el día.

Esta semana hablé del mismo tema con tres amigos: el weblog es el mejor formato que puedo encontrar. Gracias al weblog tengo un compromiso conmigo mismo de escribir algo cada día, o casi. Y esto de la publicación inmediata, el lector instantáneo, me obliga a pensarlo bien. No es como antes, cuando escribía para un cajón de escritorio: "lo puedo corregir después, terminar más adelante, olvidar para siempre". Es decir, sigo escribiendo lo que quiero, pero luego, antes de apretar el botón maldito, viene el mejor de los filtros: ¿es realmente lo que quiero decir, y es realmente lo que quiero que se lea de mí? Además, ese filtro se va ajustando, se va haciendo más preciso, y a la vez más laxo: por eso creo que mi weblog cambia tanto de un mes a otro, de una semana a otra.

También está el miedo a que este sea el último día.

[8/5/2012]

No fue el último día. Seguí profundizando en el "estilo blog" de escritura, eso de publicación inmediata. Fue algo central en mi vida durante mucho tiempo. Y luego, medio imprevistamente, volví a pensar en términos de libros. Desde hace un par de años, otra vez escribo libros.

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